Han pasado ya nueve meses desde tu llegada a Vibor-A. ¿Cómo te has sentido en todo este tiempo?

Ante todo he recibido mucho cariño. Me han ayudado a preocuparme estrictamente de lo deportivo; la disfusión en redes y promoción ha sido impresionante. Nunca me ha faltado de nada, siempre hay una persona atenta para atender mis peticiones. Me siento como si llevase toda mi carrera con la marca. Es una sensación muy familiar que a nivel profesional nunca había tenido.

Comenzaste a jugar con palas Vibor-A y después te pasaste al modelo Arrow de la nueva marca Ares. ¿Cómo fue el cambio?

Comencé a jugar con el modelo Arrow en el WPT de Barcelona. Soy un jugador que continuamente busca nuevas sensaciones. Cuando me llegó la oportunidad y probé la Arrow, no me lo pensé dos veces. Desde el primer momento me sentí muy a gusto e identificado con el modelo. Ahora mismo no la cambiaría por nada.

A principios de temporada ocupabas el puesto 41 del ranking y en la actualidad estás en el 30. ¿Cómo ves tu evolución al lado de Jaime Bergareche?

Estoy contento, a pesar de que está siendo una temporada muy dura. Con respecto al año pasado estamos ganando muchos menos partidos, ya que arrancamos desde el cuadro final, sin participar en las fases previas. Te lo juegas todo a una carta. Cada partido que ganamos en cuadro es una satisfacción enorme, estamos evolucionando mucho como pareja, y a nivel personal, la experiencia que te da jugar con los mejores me está aportando grandes cosas. Creo que todo el trabajo de este año se verá reflejado en los siguientes.

Los cambios de pareja en la zona del ranking donde estáis han sido numerosos. ¿Lo vuestro es una apuesta de futuro?

Al final, siempre queda contrastado que los proyectos y alianzas que funcionan son los programados a medio y largo plazo. Creo que un jugador profesional de pádel tiene que afrontar la solución de problemas puntuales en lugar de creer que el problema en cuestión es su compañero. El pádel es un juego en pareja y para llevarlo bien ambos miembros tienen que ser bondadosos y sinceros en la relación. Creo que con Jaime estamos consiguiendo estas premisas.

Hablemos del arma que empuñas en la actualidad: el modelo Arrow de Ares.

Es una pala muy agresiva, sin renunciar a un exquisito control para mimar la bola. Me siento muy identificado y seguro, incluso en los momentos más delicados.

¿ Cónoces el proceso de fabricación de las palas? ¿Has visitado la factoría de Vibor-A?

Lo conozco de primera mano. Tanto los modelos de Vibor-A como los de Ares están manufacturados con los más exigentes estándares de calidad y con las últimas tecnologías aplicadas. Lo que he apreciado mucho y por lo que tengo que dar las gracias a la marca, es porque desde el primer momento me involucraron en todo el proceso de diseño y fabricación de la pala para que conociese a la perfección desde el principio.

¿Cómo se comporta una Arrow en defensa y en ataque?

Es un modelo con el que puedes jugar muy firme desde el fondo, tremendamente dulce en cualquier punto de impacto y no te castigas si el golpeo no es con el centro permitiéndote un buen manejo desde atrás. En el ataque todo es poesía punk… Tremendamente agresiva, superlativa en la conquista de puntos ganadores y perfecta para pegadores natos.

¿Ha mejorado tu ‘Martillo’?

Notablemente. Te doy algún detalles. Este año estamos jugando en pistas bastante lentas, ya que la mayor parte de los torneos están siendo en ciudades a nivel del mar. Muchos pegadores están descartando la opción de sacarla o traérsela a su campo porque la bola se quedaba a medio camino, convirtiéndose los golpes ganadores en perdedores. Te puedo asegurar que me he sentido muy seguro en el remate desde empuño el Arrow.

¿A qué tipo de jugadores recomiendas Arrow?

A jugadores inquietos. Es revolucionaria en diseño, imprime mucha agilidad al juego, muy potente… Adecuada para jóvenes en busca de fuertes sensaciones. Agresividad, dinamismo, riesgo, inconformismo… Me estoy viendo en el espejo (…risas).