«Es un orgullo que World Pádel Tour cuente conmigo como uno de los árbitros «fijos» en su calendario»

¿Qué motivos le empujaron a iniciarse en el pádel y sobre todo a convertirse en Juez-Árbitro?

Empecé a jugar al pádel allá por el año 1994, tras sufrir una lesión que me impedía continuar con el tenis y para no perder contacto con los deportes de raqueta que tanto me gustan, ya que anteriormente había practicado también federado y a buen nivel el tenis de mesa.

Al poco tiempo obtuve el título de Monitor Nacional de Pádel y, posteriormente, en el año 2000, el de Juez-Árbitro, primero regional y después nacional. Y en esto del arbitraje he continuado formándome hasta ser en la actualidad Juez-Árbitro de primera Categoría, tanto en la Federación Andaluza como en la Federación Española.

Todo esto con objeto de ampliar conocimientos en un deporte que estaba naciendo y que me apasionaba, de ahí que mi inquietud fuera conocer todos los aspectos del mismo.

¿Qués es lo que más le gusta del conjunto de actuaciones que tiene que realizar la figura del Juez-Árbitro?

Lo que más me gusta es planificar la organización y el desarrollo del campeonato que voy arbitrar. Lo suelo hacer con bastante antelación, ya que mi experiencia me dice que un campeonato bien planificado es garantía de éxito organizativo. Y viceversa.

¿Y lo que menos?

Hay pocas cosas que no me gustan de la labor arbitral, quizás por destacar alguna diría que las federaciones asignan pocos árbitros a algunos campeonatos en los que participan un gran número de jugadores, y es muy difícil a veces poder desarrollar una buena labor de arbitraje si hay un solo árbitro designado para todo el torneo.

Ha realizado arbitraje en silla en pruebas de World Pádel Tour ¿Qué supone arbitrar una prueba de tal calibre?

En primer lugar, un orgullo que una organización tan puntera como World Pádel Tour cuente conmigo como uno de los árbitros «fijos» en su calendario. Desde que se creó World Pádel Tour han venido contando conmigo para muchas pruebas, y si no estoy en más es porque mi trabajo no me permite dedicarle más tiempo a ello. Y es que no es lo mismo arbitrar un campeonato de la FEP o de la FAP, que se desarrolla en un fin de semana, que un torneo WPT que se desarrolla de domingo a domingo, con lo que para ello tengo que pedir una semana de vacaciones. De hecho, este año tan sólo estaré en Barcelona, Sevilla y Mijas, y con ello prácticamente me quedo sin vacaciones.

Por otra parte, supone una gran responsabilidad arbitrar torneos de WPT, ya que estamos hablando de jugadores profesionales, ya se mueve una gran cantidad de dinero en premios, y cometer un error arbitrando aquí te puede llegar a «doler la cabeza». También la difusión que tienen estos torneos, que pueden ser vistos en todo el mundo a través de televisión, incluso en directo, supone una responsabilidad que no es ajena al árbitro.

¿Cuál es la parte más dificil de la labor de un Juez-Árbitro?

Yo diría que saber transmitir sus decisiones al jugador y que éste comprenda el porqué de una decisión arbitral. Muchas veces los jugadores discuten un punto y el Juez-Árbitro tiene que intervenir y debe saber tomar la decisión correcta, que aún sabiendo que siempre va a beneficiar a una pareja y va a perjudicar a otra, ambas parejas estén conformes con la decisión. Y eso no es nada fácil.

¿Hay algún aspecto o cuestión que desde la Fedeación Andaluza de Pádel se debería mejorar de cara a la actuación de los Jueces-Árbitros?

Sí. Hay varios aspectos que la Federación Andaluza de Pádel debería mejorar, y de hecho el colectivo de Jueces Árbitros se lo venimos demandando desde hace tiempo: el tema de las designaciones para arbitrar torneos, deberían ser designados más árbitros para determinados torneos, y sobre todo la formación. Entiendo que debería haber una labor de formación continua, que fuera obligatoria para los árbitros, y una mejor planificación de los cursos para obtener el título de Juez-Árbitro, ya que en la actualidad esta planificación deja mucho que desear.

¿Qué es más complicado de arbitrar, torneos de menores o torneos de categoría adulta?

Son más complicados los de menores por el volumen de parejas, pero para mí son mucho más gratificantes que los de adultos ya que en los de menores se hace una labor educativa muy importante. Muchas veces no se trata tanto de aplicar a rajatabla el reglamento, sino de hacerles ver el porqué han cometido una infracción y que en el futuro no la vuelvan a cometer.

En los torneos de adultos la labor del Juez-Árbitro se limita a aplicar el reglamento de juego y la normativa técnica sin más, y hay poco margen para realizar una labor educativa, de ahí que puedan surgir más problemas que con los menores, que en cierto modo agradecen mucho más tu labor.

¿Hay mucha diferencia entre el comportamiento de los menores y el de los adultos?

Los menores imitan el comportamiento de los adultos en todo. Y no digamos ya si se trata de su entrenador o de su jugador profesional preferido. Por eso, el Juez-Árbitro ha de corregir determinadas actitudes en más ocasiones de las que quisiéramos, ya que lamentablemente algunos suelen fijarse en modelos que no son ejemplo de juego limpio y respeto al contrario.

En los torneos de menores, la mayoria de las advertencias «warning» son por golpear violentamente la red, el cristal, o lanzar violentamente la bola fuera de la pista, conductas que los jugadores profesionales no suelen comenter.

Pero los menores también asisten a torneos no federados, en los que no hay un Juez-Árbitro colegiado, y en estos torneos aprenden esas acciones que luego su entrenador es el responsable de corregir.

Ha sido Delegado Provincial y actualmente es Monitor de pádel y Juez-Árbitro ¿Cuál le ha supuesto o le supone mayor satisfacción?

Cada una de estas facetas ha tenido sin duda momentos de gran satisfacción. Cuando fui designado Delegado Provincial de la FAP fue un orgullo para mí que el entonces Presidente me llamara para ofrecerme el cargo. Lo desempeñé  lo mejor que pude hasta que dimití por falta de tiempo para atenderlo como se merecía, y así otra persona con mayor ilusión y dedicación pudiera desempeñarlo.

Como monitor de pádel he impartido muchísimas horas de clases en varios clubes de la provincia, tanto en Cádiz, como en San Fernando, Chiclana, Sanlúcar y El Puerto. Para mí la mayor satisfacción era comprobar la evolución de los alumnos, y sobre todo comprobar que era capaz de conseguir que las personas adultas amaran este deporte e hicieran de él una nueva forma de vida: ver cómo personas el primer día de clase eran incapaces de darle a la bola dos veces seguidas, y tras unas pocas clases ya se atrevían a disputar algunos juegos al final de la clase era mi mayor satisfacción. Y aún hoy puedo comprobar que algunos de mis alumnos y alumnas que dieron su primera clase con casi cuarenta años aún sigue jugando al pádel.

En la actualidad, con jugar algún partido a la semana con mi equipo de veteranos y con mis arbitrajes para WPT y para la FEP y la FAP, tengo más que cubierto mi gusanillo del pádel, deporte al que le debo mucho ya que desde que lo descubrí hace más de veinte años ha formado parte de mi vida en prácticamente todas sus vertientes.