El futuro del pádel está en sus palas

Los jóvenes malagueños afrontan su primera temporada en categoría absoluta con la máxima ilusión por meterse entre los mejores del mundo. Momo González y José Carlos Gaspar muestran una gran complicidad tanto dentro como fuera de la pista, una de las claves para su gran rendimiento. Tras concluir su etapa júnior con éxito, se centran en llegar lo más alto posible en el World Padel Tour.

Los malagueños Momo González y José Carlos Gaspar. Imagen / Arciniega.

El futuro está en sus manos. José Carlos Gaspar (27/09/1997) y Momo González (21/02/1997) tienen por delante una larga carrera en el mundo del pádel para demostrar todo lo que llevan dentro y ya han enseñado desde muy pequeños, y colocar al pádel malagueño en la cima, como ya hiciera en su día la mítica Carolina Navarro en categoría femenina.

Estos dos jóvenes malagueños de 18 y 19 años, recién cumplidos, vienen de proclamarse campeones del Mundo júnior a finales del pasado mes de noviembre y afrontan su primer año en edad absoluta con todas las ganas de mundo de colarse por primera vez en un cuadro final del circuito World Padel Tour. «Nuestro objetivo este año es empezar a entrar en los cuadros de World Padel Tour. El 27 de marzo comienza el primero en Gijón. Desde las previas… hasta lo más lejos que podamos llegar para meternos en cuadro», dice José Carlos. La lástima es la ausencia en el calendario del Máster de Málaga, una de las pruebas que más ilusión les hacía y que este 2016 no se celebrará en la capital costasoleña.

Ambos muestran una complicidad fuera de la pista que es una de las claves del éxito de su juego. Las bromas entre ellos son continuas y esa compenetración la trasladan después a la competición para obtener resultados como el del pasado noviembre en México, donde fueron campeones del Mundo júnior. Ambos hablan de una experiencia inolvidable. «Nos fuimos un par de días antes para aclimatarnos. A mí me costó más acostumbrarme la experiencia fue increíble. No le podemos reprochar nada a esos días allí», comenta Momo. «Nuestra intención era ganarla y lo conseguimos. Llevábamos un buen año. Siempre vamos con la confianza de hacer buenos torneos», continúa Gaspar.

José Carlos (diestro) y Momo (zurdo) jugaron por primera vez juntos el primer año de cadetes, con 15 años, y en 2015 volvieron a asentarse como pareja fija. De momento no tienen en mente cambiar. Por motivos de estudios –José Carlos estudia en Madrid y Momo lo hace en la Universidad de Málaga– no pueden entrenarse a lo largo del año juntos en la mayoría de ocasiones, pero, como los mismos protagonistas comentan, se conocen también que no les afecta en su juego. «No solemos entrenar juntos. Ya en verano tenemos de nuevo la oportunidad. Nos compenetramos muy bien en la pista así que no hay ningún problema», apunta José Carlos. «Nos conocemos mucho y para el pádel tampoco es necesario entrenar juntos. Con lo que nos conocemos dentro y fuera de la pista yo creo que nos vale. No lo echo mucho de menos…», bromea el antequerano.

Momo y José Carlos han encontrado el uno en el otro la pareja casi perfecta para triunfar. La defensa de uno se une a la pegada del otro, la solidez del primero facilita el atrevimiento del segundo y el brillante revés a dos manos de Gaspar deja paso después al remate de Momo para definir. «Momo es muy explosivo, define mucho dentro de la pista. Como persona es un tío muy simpático, alegre. También con sus defectos, se le ayuda en lo que se puede… (risas)», dice Gaspar. «José Carlos defiende muy bien en la pista y no falla ni una sola. Ya me encargo yo de ganarlas (risas). Después como persona solo hay que verlo, muy buena gente y nos llevamos muy bien también fuera de la pista. Es mi compañero y mi amigo», sentencia Momo.

A lo largo de todo este tiempo han vivido muchas anécdotas juntos, pero la que más ganas tiene Momo de comentar es una de las «manías» de su compañero. «Es muy friki. A veces cuando acabamos los partidos se va a una gasolinera a comprar hielo y se mete en la bañera en agua helada», explica. Y José Carlos, por supuesto, se lo toma con humor: «Los entrenadores piensan que nos vamos de botellón. Por supuesto, se ríen de mí».

La trayectoria profesional de ambos no ha hecho más que comenzar y habrá que estar muy pendientes de su evolución en los próximos meses y años. Suerte.

Teresa Romero

Periodista experta en Pádel

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